jueves, 10 de noviembre de 2011

**CIENCIAS**

                                                   **CIENCIAS**







La ciencia (del latín scientia 'conocimiento') es el conjunto de conocimientos sistemáticamente estructurados, y susceptibles de ser articulados unos con otros.
La ciencia surge de la obtención del conocimento mediante la observación de patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y esquemas metódicamente organizados.[1]
La ciencia consolidada se constituye como tal, superada la fase de investigación, como resultado, cuando adquiere la consideración de saber validamente justificado por la comunidad científica correspondiente y suele considerarse así a través de las publicaciones especializadas. Es entonces cuando pasa a una fase de enseñanza en los Centros de formación y de divulgación adquiriendo toda su eficacia cultural y social.
La ciencia:
  • Utiliza diferentes métodos y técnicas para la adquisición y organización de conocimientos sobre la estructura de un conjunto de hechos suficientemente objetivos y accesibles a varios observadores.
  • Se basa en un criterio de verdad y una corrección permanente.
  • Criterios aceptados por la comunidad científica competente.
  • Procura la generación de más conocimiento objetivo en forma de predicciones concretas, cuantitativas y comprobables referidas a hechos observables pasados, presentes y futuros respecto a algún sistema concreto.
  • Procura su puesta en práctica de los conocimientos en sus aplicaciones tecnológicas, mediante los peritos o expertos.
  • Procura la divulgación de sus investigaciones, por publicaciones especializadas y Centros de Enseñanza, fundamentalmente las Universidades.
  • Vigila los métodos de divulgación y enseñanza de los contenidos consolidados.

**Descripción y clasificación de las ciencias**

Intentar enumerar todas las ciencias, y elaborar una clasificación siguiendo criterios fijos se convierte en una tarea difícil, si no imposible, dado el desarrollo de las ciencias no solo en número sino en métodos y criterios de constitución de cada una de las mismas.
Con anterioridad a la Edad Moderna podemos hablar de una clasificación de los distintos modos o categorías del conocer en tanto que conocimiento humano racional, bajo las notas de universalidad y necesidad,[2] superando los límites del conocimiento por la experiencia.
Hasta el Renacimiento todo el saber que no fuera técnico o artístico se situaba en el ámbito de la filosofía. El conocimiento de la naturaleza era sobre una totalidad una física única: una filosofía naturalista. Cuando Aristóteles utiliza los términos «episteme» y «philosophia» no es incorrecto hablar de clasificación de las «ciencias en Aristóteles»; pero con un significado y contenido muy diferente al de «ciencia» en la Modernidad.

**La interdisciplinariedad**

  • De las teorías del calor y sus relaciones con la mecánica: Termodinámica.

  • De las relaciones de la electricidad y la química: Electroquímica.

  • De la relación de la termodinámica y la electroquímica, la íntima imbricación de la física y la química: Físico-química.

  • De las relaciones de la química y la biología, surgirá la Bioquímica.


  • Las primeras clasificaciones se remontan a Aristóteles[4] que considera tres categorías del saber:
    • Teoría: que busca la verdad de las ideas, como formas y como sustancias. Este saber está constituido por las ciencias cuyo conocimiento está basado en el saber por el saber: Matemáticas, Física y Teología.
    • Praxis: O saber práctico encaminado al logro de un saber para guíar la conducta hacia una acción propiamente humana en cuanto racional: lo formaban la Ética, la Política, la Económica y la Retórica.
    • Poiesis: o saber creador, saber poético, basado en la transformación técnica. Lo que hoy día englobaríamos en la creación artística, artesanía y la producción de bienes materiales.

    Construcción de la ciencia

    La ciencia es un elemento fundamental en la construcción de la civilización humana tomada en su conjunto. Las teorías científicas, al fin y al cabo, responden a las necesidades de los hombres y su evolución responde a la evolución que el hombre ha seguido en su concepción del mundo y la valoración de los hechos de la vida.[11]
    La ciencia no surge por la inspiración de unos "sabios" o "eruditos" de forma espontánea. Charles Singer considera que los admirables dibujos magdalenienses de la caverna de Maux, Ariège, que muestran un bisonte herido por una flecha sobre la parte del tórax donde se encuentra el corazón, constituye una lección de anatomía y fisiología por más que se tardaran tantos siglos en que Miguel Servet (1546) estableciera la circulación de la sangre.[12]
    Los primeros pasos son cuestiones prácticas que resuelven situaciones comunes de la vida diaria, sobre cuyos resultados exitosos se establece un procedimiento fijo de actuación, protocolo al que, convertido en reglas fijas, se le acaban encontrando las razones de su éxito en la teoría científica que lo confirma como verdad que puede ser transmitida a otros.[13]
    Actualmente se incluyen en este proceso conocimientos que durante muchos siglos han sido considerados al margen de la ciencia, pero que tienen una importancia cultural tan grande como la propia ciencia como la antropología actual pone de manifiesto: El cocinar los alimentos, el calzado, los tejidos y la costura, el bordado y la confección del vestido, por ejemplo.
    A lo largo de los siglos la ciencia viene a constituirse por la acción e interacción de tres grupos de personas:[14]
    Construcción del edificio científico
    • Sobre el primer grupo:
    Los artesanos, constructores, los que abrían caminos, los navegantes, los comerciantes, etc. resolvían perfectamente las necesidades sociales según una acumulación de conocimientos cuya validez se mostraba en el conocimiento y aplicación de unas reglas técnicas precisas fruto de la generalización de la experiencia sobre un contenido concreto.
    • Sobre el segundo grupo:
    Algunos iniciales pensadores comenzaron la laboriosa obra de construir paso a paso el conocimiento, esta vez sin artender a los detalles pero con un creciente nivel de precisión y rigor. Fueros filósofos porque prefirieron las palabras a las cosas, la especulación a la experiencia, los principios a la regla práctica de medición o recuento, y no se preocuparon cuando sus ideas entraban en conflicto con tradiciones y fenómenos de la especie más obvia. Fueron también reformadores sociales y religiosos; ridiculizaron sus costumbres y creencias populares, acumularon invectivas contra los dioses de la tradición y los reemplazaron por una suerte de engendro (p. ej. el Dios de Jenófanes, que es todo pensamiento y poder, pero carece de compasión). Fueron incluso una especie de científicos. Estos filósofos no se limitaban a pontificar; argumentaban sus teorías, y algunas de sus ideas han sobrevivido hasta hoy.
    Este grupo, los filósofos, llevados por los argumentos demostrativos mostraban unos razonamientos que
    extendían el dominio de las verdades demostrables y las separaba de la intuición
    ./... La uniformidad del Ser sobrevivió en la idea de que las leyes básicas han de ser independientes del espacio, del tiempo y de las circunstancias.[14]
    Platón postuló que las leyes del universo tenían que ser simples y atemporales. Las regularidades observadas no revelaban las leyes básicas, pues dependían de la materia, que es un agente de cambio. Los datos astronómicos no podrían durar siempre. Para hallar los principios de ellos hay que llegar a los modelos matemáticos y "abandonar los fenómenos de los cielos".[15]
    Aristóteles valoró la experiencia y la elaboración de conceptos a partir de ella mediante observaciones[16] ; y a partir de los conceptos llegar a los principios en los que se constituye la ciencia como tal.[17] Fue un hábil observador de "cualidades" a partir de las cuales elaboraba conceptos y definiciones: pero no ofreció ninguna teoría explícita sobre la investigación. Su ciencia por eso ha sido considerada "cualitativa" en cuanto a la descripción pero platónica en cuanto a su fundamentación de leyes necesarias. Para Aristóteles el valor de la experiencia se orienta hacia teorías basadas en explicaciones “cualitativas”, y a la búsqueda de principios (causas) cada vez más generales a la búsqueda del principio supremo del que se “deducen” todos los demás. Es por eso que el argumento definitivo está basado en la deducción y el silogismo.[18]
    Esta ciencia ( o filosofía?), ciencia deductiva a partir de los principios,[19] es eficaz como exposición teórica del conocimiento considerado válido, pero es poco apta para el descubrimiento.[14]
    El sistema solar de Tycho Brahe. El sol y la luna giran alrededor de la tierra, pero los planetas giran alrededor del sol
    • Sobre el tercer grupo:
    Sobre la base de toda la tradición mantenida por los grupos anteriores, son los científicos de la Ciencia Moderna.
    La órbita clásica de Kepler. La órbita es elíptica. El movimiento de la tierra no es uniforme. El cielo clásico circular y de movimientos uniformes, perfecto, es definitivamente superado con las leyes de Kepler.
    • Difieren de los filósofos por favorecer lo específico y experimental
    • Difieren de los artesanos por su dimensión teórica.
    Su formación como grupo y eficacia viene marcada a partir de la Baja Edad Media, por una fuerte reacción antiaristotélica[20] y en el Renacimiento, por un fuerte rechazo al argumento de autoridad y a la valoración de lo humano con independencia de lo religioso.
    Son fundamentales en este proceso, los nominalistas, Guillermo de Ockham y la Universidad de Oxford en el siglo XIV; en el Ranacimiento Nicolás de Cusa, Luis Vives, Erasmo, Leonardo da Vinci etc.; los matemáticos renacentistas, Tartaglia, Stevin, Cardano o Vieta y, finalmente, Copérnico y Tycho Brahe en astronomía.[21] Ya en el XVII Francis Bacon, y Galileo promotores de la preocupación por nuevos métodos y formas de estudio de la Naturaleza y valoración de la ciencia, entendida ésta ya como dominio de la naturaleza[22] y comprendiéndola mediante el lenguaje matemático.[23]
    A partir del siglo XVII se constituye la ciencia tal como es considerada en la actualidad, con un objeto y método independizado de la filosofía.[24]
    En un punto fue necesaria la confrontación de dos sistemas (Descartes-Newton) contemporáneos en la concepción del mundo natural:[25]
    • Descartes, Principia philosophiae (1644) , heredero de la filosofía anterior anclada en las formas propone un método basado en la deducción a partir de unos principios, las ideas innatas, formas esenciales y divinas como "principios del pensar". El mundo es un "mecanismo" determinista regido por unas leyes determinadas que se pueden conocer como ciencia mediante un riguroso método de análisis a partir de intuiciones evidentes. Es la consagración definitiva de la nueva ciencia, el triunfo del antiaristotelismo medieval, la imagen heliocéntrica del mundo, la superación de la división del universo en mundo sublunar y supralunar en un único universo mecánico.
    • Newton, Principia Mathematica philosophiae naturalis, (1687). Manteniendo el espíritu anterior sin embargo realiza un paso más allá: el rechazo profundo a la hipótesis cartesiana de los vórtices. La ciencia mecanicista queda reducida a un cálculo matemático a partir de la mera experiencia de los hechos observados sobre un espacio-tiempo inmutable.
    Tanto uno como otro daban por supuesto la exactitud de las leyes naturales deterministas fundadas en la voluntad de Dios Creador. Pero mientras el determinismo de Descartes se justifica en el riguroso método de ideas a partir de hipótesis sobre las regularidades observadas, Newton constituía el fundamento de dichas regularidades y su necesidad en la propia "observación de los hechos". Mientras uno mantenía un concepto de ciencia "deductiva", el otro se presentaba como un verdadero "inductivista", Hypotheses non fingo.

    El inductivismo

    Artículo principal: Inductivismo
    Considera que la ciencia se constituye desvelando las leyes naturales a partir de una multitud de observaciones de "fenómenos", siendo éstos considerados como "regularidades de la naturaleza", medibles y cuyas relaciones de "causa/efecto" eran expresables en fórmulas matemáticas.
    Círculo empírico
    Newton consideraba las leyes de Kepler, como observaciones experimentales regulares y constantes, lo mismo respecto a la gravitación, las leyes del movimiento y las propiedades básicas de la luz. Tales regularidades pueden "explicarse" mediante teorías que dan sentido a dichas propiedades.
    De este modo, partiendo de esta jerarquía:
    • observaciones generalizadas
    • mediciones estrictas
    • teorías,
    se considera que el mundo en su complejidad puede ser explicado mediante un conjunto de ciencias observadoras rigurosas de dichas pautas conforme a métodos precisos que describen la realidad de los fenómenos.
    El éxito de este concepto de ciencia, y sus indudables frutos en la ampliación y conocimientos generados, ha sido inmenso hasta la crisis del siglo XX.

    La crisis de la ciencia Moderna

    A pesar del indudable progreso de la ciencia durante dos siglos seguía en pie la cuestión planteada por Kant respecto a los juicios sintéticos y analíticos; la posibilidad de su síntesis, como juicios sintéticos a priori permanecía en la sombra sin resolver:
    ¿Cómo y por qué la naturaleza se somete a las reglas lógicas de la razón, a las matemáticas? Los matemáticos se dividieron en intuicionistas y logicistas.
    Los intuicionistas consideraban la matemática un producto humano y consideraban que la existencia de un objeto es equivalente a la posibilidad de su construcción, por lo que no admitían el axioma del tertio excluso ni, por tanto, el argumento A \lor \lnot  A  \wedge \lnot \lnot A \vdash A; considerando la verdad como lo probable o algo así como: "hay razones para considerar verdadero"... Rechazando algunos teoremas y métodos de Cantor.[14] El empirismo de David Hume mantiene su vigencia en la no-realidad de los universales ahora matemáticamente tratados como conjuntos.
    Por su parte los formalistas pretendieron construir la traducción posible de los contenidos de la ciencia a un lenguaje lógico uniforme y universal que, como método unificado de cálculo hiciera de la ciencia un logicismo perfecto. Tal venía a ser el programa de Hilbert: formalización perfecta de la lógica-matemática, capaz de figurar la realidad mundana debidamente formalizada en un sistema perfecto.[26]
    Concepto de distancia en el espacio de Euclides
    El programa de Hilbert se vino definitivamente al traste cuando Kurt Gödel (1931) demostró los teoremas de incompletitud, haciendo patente la imposibilidad de un sistema lógico perfecto.
    Se entiende como sistema lógico perfecto un sistema que fuera:
    • consistente: Una sistema formal es consistente si es implosible demostrar una fórmula φ y también su negación ¬φ.
    • decidible: Una sistema formal es decidible cuando existe un algoritmo tal que, dada una fórmula φ, el algoritmo es capaz de decidir en un número finito de pasos si la fórmula pertenece o no al sistema.
    • completo: Un sistema formal es completo cuando dada cualquier fórmula φ del sistema, existe una demostración de φ o de ¬φ como teorema del mismo.
    Por otro lado la mecánica cuántica en su expresión matemática abre una brecha entre espacio-tiempo y materia y salva el tradicional abismo entre el observador y la realidad por caminos que traen conturbados a los científicos y han sumido a los filósofos en una gran confusión.[14] En definitiva:
    • Matemáticamente: Si un sistema es completo no es decidible. Si es decidible, no es completo.
    • Físicamente: La energía aparece como discontinua; las partículas se manifiestan según circunstancias como tales partículas o como ondas. Etc.[27]
    Concepto de distancia en el espacio de Minkoski
    Por otro lado el propio progreso de las ciencias muestra evidencias claras de que las regularidades de la naturaleza están llenas de excepciones.[28] La creencia en leyes necesarias y la creencia en el determinismo de la Naturaleza, que inspiró tanto a los griegos como a la Ciencia Moderna hasta el siglo XX, así como el hecho de que la observación se justifica a partir de la experiencia, se ponen seriamente en cuestión.[14] ;[29] ; [30] [31]
    En 1934 Karl Popper publica La lógica de la investigación científica, que pone en cuestión los fundamentos del inductivismo científico, proponiendo un nuevo criterio de demarcación de la ciencia así como una nueva idea de verificación por medio de la falsación de teorías y una aproximación asintótica de la verdad científica con la realidad.
    En 1962 Kuhn propone un nuevo modo de concebir la construcción de la ciencia bajo el concepto de paradigma científico, que hiciera posible el no tener que considerar necesariamente falsas todas las teorías obsoletas de la ciencia anterior.
    En 1975 Feyerabend publica un polémico libro, CONTRA EL MÉTODO: Esquema de una teoría anarquista del conocimiento. Tras analizar críticamente el proceso seguido por Galileo en su método resolutivo-compositivo, rompe el "paradigma" del método hipotético-deductivo considerado como el fundamento del método científico como tal.

    Posmodernidad: la situación actual

    La cuestión es que la ciencia con sus viejos enfoques sigue produciendo resultados que están a la vista.
    La cuestión entre realismo y empirismo ../.. sigue tan viva como siempre..../... [Los investigadores] estudian eventos particulares, reallizan entrevistas, invaden los laboratorios, desafían a los científicos, examinan sus tecnologías, sus imágenes, sus concepciones, y exploran el gran antagonismo que a menudo existe entre disciplinas, escuelas y grupos de investigación concretos. Resumiento sus resultados, podemos decir que el problema no es ahora el de cómo articular el monolito CIENCIA, sino el de qué hacer con la desparramada colección de esfuerzos que han ocupado su lugar.[14]
    ¿Sigue siendo la ciencia el gran argumento de autoridad en el reconocimiento de la verdad? La cuestión así planteada hay que reconocer que se encuentra totalmente fuera de lugar en el mundo actual.
    No cabe duda de que en los contextos concretos el criterio ha sido asumido por el de competencia como "saber adecuado a lo concreto" por parte de los expertos. La ciencia no es una cosa, es "muchas"; no es algo cerrado sino abierto; no tiene un método, sino muchos; no está hecha, sino se hace.
    Su dinámica no es sólo la investigación base, sino su aplicación técnica, así como su enseñanza y su divulgación. Por ello las objeciones y las alternativas a cada investigación concreta y en cada campo concreto de la misma, se suscitan y abren según grupos particulares de intereses que no siempre son precisamente científicos". Es más la dependencia económica de la investigación puede convertirla en un producto más en "oferta en el mercado".[32]
    La ciencia sigue adelante con toda su fuerza cultural y social, y cada día más, al convertirse en un fenómeno que afecta globalmente a toda la Humanidad:
    • Por la mayor educación social generalizada en todas las sociedades del mundo.
    • Por la influencia de la tecnología que la hace aplicable a la realidad en poco tiempo.
    • Por los medios de comunicación, que facilitan la rápida divulgación y "vulgarización" de los conocimientos.
    • Porque se convierte así en un instrumento de poder, económico, político y cultural.
    • Etc.
    El problema de su fundamentación y construcción deviene un problema filosófico que hunde la raíces en el llamado posmodernismo que ciertamente tiene una conciencia clara: La verdad no es necesaria ni universal, sino producto humano y por tanto cambiante y contingente.
    La propia ciencia, la filosofía, la literatura o el arte en general y la propia dinámica cultural y social, desbordarán siempre el discurso científico abriendo horizontes de nuevos metadiscursos respecto a la propia ciencia, a los contenidos culturales y sociales, a la vida cotidiana, el ejercicio del poder o la acción moral y política.[33]
    El hombre puede destruir la Tierra
    La pregunta, explícita o no, planteada por el estudiante profesionalista, por el Estado o por la institución de enseñanza superior, ya no es ¿es eso verdad?, sino ¿para qué sirve? En el contexto de la mercantilización del saber, esta última pregunta, las más de las veces, significa: ¿se puede vender? Y, en el contexto de argumentación del poder ¿es eficaz? Pues la disposición de una competencia performativa parecía que debiera ser el resultado vendible en las condiciones anteriormente descritas, y es eficaz por definición. Lo que deja de serlo es la competencia según otros criterios, como verdadero/falso, justo/injusto, etc., y, evidentemente, la débil performatividad en general.
    Jean François Lyotard. La condición posmoderna. op. cit. p.94
    El resultado es que es posible adquirir conocimiento y resolver problemas combinando elementos y trozos de "ciencia" con opiniones y procedimientos que "prima facie" son "no-científicos".[14] En realidad lo que ha cambiado profundamente de la mano de la propia ciencia es el sentido de lo que es la verdad, el conocimiento y el saber y en qué consiste la evidencia y los métodos para lograrla.
    La Historia y la Antropología, por otro lado, nos han mostrado que culturas muy antiguas, con profundos conocimientos científicos, no han necesitado esta forma de "Ciencia Moderna".[34] y han sostenido su consistencia durante siglos manteniendo a sus miembros en sus necesidades materiales y espirituales.
    Que hayan tenido problemas, quizás no pudieran llegar a ser tan graves como los que hay que afrontar hoy día en que se puede dejar en "una o pocas decisiones" en manos de "uno o unos pocos" no solo el futuro de una cultura o una civilización concreto o global, sino la propia existencia de la "Humanidad".

    Historia de la Ciencia

    Artículo principal: Historia de la ciencia


    A pesar de ser relativamente reciente el método científico (concebido en la revolución científica del siglo XVII), la historia de la ciencia no se interesa únicamente por los hechos posteriores a dicha ruptura. Por el contrario, ésta intenta rastrear los precursores a la ciencia moderna hasta tiempos prehistóricos.
    La ciencia moderna tiene sus orígenes en civilizaciones antiguas, como la babilónica, la china y la egipcia. Sin embargo, fueron los griegos los que dejaron más escritos científicos en la Antigüedad.
    Tanto en las culturas orientales como en las precolombinas evolucionaron las ideas científicas y algunas personas consideran que, durante siglos, fueron muy superiores a las occidentales, sobre todo en matemáticas y astronomía. Sin embargo, los griegos dejaron tratados muy modernos de geometría, álgebra y astronomía.
    Durante muchos años las ideas científicas convivieron con mitos, leyendas y pseudociencias (falsas ciencias). Así, por ejemplo, la astrología convivió con la astronomía, y la alquimia con la química. La astrología sostenía que los astros ejercen influencia real y física sobre nuestra personalidad (la astrología actual ya no lo sostiene así, ahora consiste en el estudio de la influencia simbólica sobre nuestra forma de ser). La alquimia, por su parte, tenía por objetivo encontrar la fórmula para convertir cualquier metal en oro y descubrir el elíxir de la eterna juventud. Ninguna de estas dos disciplinas (astrología y alquimia) aplica el método científico de forma rigurosa, y por tanto, aunque han modificado sus afirmaciones antiguas, no pueden llamarse ciencias.
    Tras la caída del Imperio Romano de Occidente (476 dC), gran parte de Europa perdió contacto con el conocimiento escrito, y se inició la Edad Media. En la actualidad, es más común considerar el desarrollo de la ciencia como un proceso continuado y gradual, con sus antecedentes también medievales.
    El Renacimiento (siglo XIV en Italia), llamado así por el redescubrimiento de los trabajos de los antiguos pensadores griegos y romanos, marcó el fin de la Edad Media y fundó cimientos sólidos para el desarrollo de nuevos conocimientos. De los científicos de esta época se destaca Nicolás Copérnico, a quien se le atribuye haber iniciado la llamada revolución científica con su teoría heliocéntrica.
    Hay historiadores de la ciencia que afirman que en realidad no hubo una sino muchas revoluciones científicas. Hay otros que sostienen que no ha habido ninguna revolución científica en la historia de la ciencia, es decir, que la ciencia se ha desarrollado sin sobresaltos, de manera uniforme.
    De cualquier manera, haya habido o no una o más revoluciones científicas, entre los muchísimos pensadores más prominentes que dieron forma al método científico y al origen de la ciencia como sistema de adquisición de conocimiento, vale la pena destacar a Roger Bacon (1214-1294) en Inglaterra, a René Descartes (1596-1650) en Francia y a Galileo Galilei (1564-1642) en Italia. Éste último fue el primer científico que basó sus ideas en la experimentación y que estableció el método científico como la base de su trabajo. Por ello es considerado el padre de la ciencia moderna.
    Desde entonces hasta hoy, la ciencia ha avanzado a pasos agigantados. La ciencia se ha convertido en parte de nuestra cultura y va ligada al avance tecnológico. Es importante que la divulgación científica llegue a toda la sociedad. Para ello, además de los científicos, los medios de comunicación y los museos tienen un papel de vital importancia.

    1 comentario:

    1. Rosendo dice: Te felicito, el trabajo esta muy bien, ojala y no lo dejes de utilizar.
      Si algo debe quedar bien claro en tu cerebro es que no hay imposibles. Puedes ser lo que quieras, grande o pequeño como quieras. Todo empieza en la imaginación, imagina que eres el mejor y lo serás, imagina que puedes y podrás. Pero tienes que acompañar tu pensamiento con la acción, de lo contrario no pasarás de ser un soñador.

      Tienes un horizonte lleno de posibilidades, no desaproveches esta nueva oportunidad que la vida te dio.

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